No lo recuerdo exactamente, pero fue en el primer partido de una temporada horrible en el que me pusieron un número en la espalda. Yo debía tener once años, y era mi primera temporada como jugador de baloncesto en el equipo del cole.
Era una camiseta de Lycra pegajosa que picaba, de color amarillo pollo salvaje, totalmente lisa y sin mi nombre, pero sí con un número en azul, el 6.
Acabada esa temporada, cambiamos de equipación y nos dieron una roja y negra, pantalón incluido, con un nuevo dorsal, el 7, que lucí durante un año.
Después de aquello, encontré el que yo creía que sería mi número talismán. Creo que no lo es, pero por lo que ha significado para mi, y por todo lo que engloba ese mágico número de la bola de billar mas oscura y admirada, el 8 es un número especial, y por ese motivo lo llevé 5 años hasta que me fuí del colegio.
Es curioso, pero siempre he sido algo supersticioso con los números, con los dorsales, que equipaban mi camiseta. De algún modo, por casualidad o por mi propia ficción, siempre todo tenía relación con mi número.
Siguiendo con mi particular escala, cuando entré en el que sería mi colegio en Bachillerato, me ofrecieron un nuevo dorsal, el 9, que llevé desde Cadete de primer año hasta mi 2º año como Senior, seis años.
Con muchas alegrías, risas, llantos, desesperaciones, canastas ganadores, series colegiales, mates en el pabellón...pasó a ser MI número por excelencia, mientras mi mejor amigo era el que me guardaba el 8, número que no quiso cederme cuando empezamos a jugar juntos, cosa que le agradezco.... Sacábamos similitudes con todo, mi portal era el 9 y el suyo el 8, los números de teléfono, matrículas de coches, pero sobre todo salían momentos de risas.
Incluso me permití el lujo de customizarme las zapatillas, con una almohadilla y mi número, y también con un (+1) ((si lees esto sabrás que va por tí y no por otra persona, pero igual ya no te acuerdas)).
Pero hubo un nuevo cambio de equipo, y con el un cambio de dorsal. Vuelta al 6, a los orígenes, después de seis meses de autodestrucción me parecía el número mas apropiado para volver a jugar a este deporte que tanto adoro y que tanto me da sin necesidad de que yo tenga que hablar para sentirme entendido. Incluso me permití el lujo de utilizar un (-1) durante un tiempo en la camiseta, a pesar de que ni siquiera viniste a verme a un partido...
Ahora, después de otro año y medio, el otro día me dieron una bolsa con un chándal nuevo, nueva equipación, y nuevo dorsal. Vuelta a los orígenes, de nuevo soy yo, aquí está mi 9.
Quizás por mi propia devoción a mi número, nunca he tenido camisetas con dorsales de otros jugadores, ni NBA...ni ACB.... De querer algo, sería una camiseta de Rodman con los Bulls, de Wallace con los Pistons, de Jordan con North Carolina.... pero nunca lo cumplo, no soy capaz de lucir su número si sé que no soy tan bueno como para lucirlo orgulloso ( y eso que Michael Jordan llevaba el 9 en la selección americana)
Genial volver a mi 9, justo dos semanas después de que parezca que la vida me sonríe del todo y a un mes escaso de acabar aquello que empecé con pocas expectativas hace ya cinco años...
Un saludo a todos, gracias por estar ahi.
=D gracias a ti por volver siempre aqui, eres un sol enooorme, ánimo casi lo tienes tio alto!!!
ResponderEliminaractualizaaaaaaaaaaaa chiquitin
ResponderEliminar