domingo, 23 de marzo de 2008

Todo el mundo va a su bola....



....excepto yo, que voy a la mia...


Viernes de vacaciones, el sol entra temprano por mi habitación. Enciendo el móvil, ninguna llamada perdida, ningún mensaje. Mejor que no lo hubiese encendido, me cuesta acostumbrarme.


Bajo a desayunar y, de paso, miro por la ventana del salón. El día es frío, pero soleado. La escarcha cubre la hierba del jardín, sobre todo en zonas de sombra. Las nubes se mueven rapidamente. Son lenticulares, preceden a un frente nuboso que llegará el fin de semana, asi que hay que aprovechar el dia.


Con el sabor del desayuno todavía, salgo al jardín en pijama, y doy una vuelta a la casa, hasta que llego al taller, donde cojo el casco, la bomba, las gafas de sol y algunas cosas para hacer la mochila. Toca excursión, pero hoy es un sitio nuevo, y aunque estoy yo solo, incluso parezco nervioso.


Miro de reojo a mi bicicleta, que aguarda como un depredador. No puedo evitar observar su figura y sonreir: "Qué bien me lo voy a pasar hoy....". Vestida de gala, con los amortiguadores en la presión optima, tapones nuevos y las ruedas con la presión un poco baja, me apresuro en vestirme y en poner el portabicis al coche. Destino: Puerto de Navacerrada y Cotos.


Una vez allí, es imposible aparcar. Dejamos el coche en cualquier sitio y bajamos la bici del techo. Gélida, brillante, agresiva y mas naranja que nunca, desafía las miradas de los paseantes que caminan por el parking. Confirmo con mi padre junto con un mapa la ruta a seguir y me advierte de la nieve, del hielo y de si llevo el móvil, pero lo mas importante es: "Cuidado con la velocidad..."


Allí me quedo, sólo. Ella y yo. Me pongo los guantes, ajusto el casco y cambio los cristales de las gafas y me dirijo a la estación de Valdesqui para calentar las piernas. Cuando llego allí, hago un par de fotos y "soborno" a uno de los monitores para que me deje bajar por un trocito de pista....


Bajo por la misma carretera hacia Cotos y cruzo el parking intentando hacer algún caballito decente, y no quedo mal del todo. Salgo a la carretera.


40, 45, 50, 55, 60, 65 km/h.... adelanto a un coche y veo la desviación. Hago la pirula y me cruzo de carril. Levanto la rueda delantera, se levanta la bici y no oigo nada. Medio segundo después, estoy llaneando por una pista forestal que lleva a un antiguo refugio, arriba de una pequeña loma.


A partir de ahi, un poco de subida, y ya no me hace tanta gracia. Bajo platos y subo piñones, y con calma. Por suerte, este tramo no dura demasiado.


Comienzo el descenso, paralelo a la carretera del puerto, por un camino por el que no entra un todoterreno. Las piedras, raíces y saltos pasan a más velocidad de la que yo puedo procesar y empiezo a pensar que voy demasiado rápido. El altímetro de mi reloj tiene prisa por bajar de altura y los números se agolpan en su pantalla. Los amortiguadores trabajan a todo ritmo mientras yo intento mantener una trazada mas o menos decente. En esos momentos, saco lo realmente mejor de mi y de la bicicleta, bajando como un animal en tercer plato y noveno piñón como si me estuviese persiguiendo un toro de 600 kg. Me sentiría avergonzado si alguien grabase mis gritos de cow-boy(Zaaada, esa es por ti) y me viese por una tele haciendo el imbécil de esa manera.


Mi felicidad en esos momentos es interminable. Realmente me siento bien. Aunque vaya sólo, aunque la vida no me sonría, aunque tenga que estudiar, aunque te eche de menos, ese es mi momento, y tengo que saber aprovecharlo.


Siento no conocer a mucha gente que disfrute de igual modo con las aficiones que a mi me apasionan, pero no por eso tengo que dejar de hacer lo que me gusta ni intentar cambiar para agradar a los demás, al menos en este sentido. Soy una persona particular, pero no rara. Soy independiente, pero no me gusta estar sólo. Me gusta hacer sonreir, incluso aunque yo no lo haga. No me gusta hacer cosas extraordinarias, me gusta hacer cosas ordinarias, extraordinariamente bien. Me gusta pensar que cuando tomo una decisión es la correcta, y no que alguien la tome por mi. Me gusta ser yo mismo, y sentirme orgulloso cada día de mi mismo. Si no estoy yo orgulloso de mi mismo, alguien lo va a estar?


El primer paso para conseguir lo que queremos en la vida es decidir lo que queremos. Intentaré tenerlo siempre claro.


Saludos.

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