Caminaba por mitad de una calle que no iba a ningún sitio. Al doblar la esquina, observé como una farola de aliento cansado y oscura luminosidad daba forma a algo que acechaba a mis espaldas.
De forma inconsciente, apreté el paso y estreché el estómago, procurando hacerme invisible ante aquello que no se separaba de mí ni tan siquiera un par de metros. A medida que pasaban los minutos tenía mas miedo y comencé a sentir fatiga de andar a paso tan ligero, pero era incapaz de volver la vista atrás por temor a encontrarme una sorpresa…
Y es que cuando surge algún problema, siempre es mejor encontrarse con él estando preparado. De nada sirve esquivarlo durante varias calles si sabes que sigue estando allí.
Eso es algo que ocurre en vacaciones, rompemos con la rutina de los meses anteriores desapareciendo, cambiando de lugar, de costumbres, variando las horas de sueño y el color de la piel se enrojece y pierde el color “blanco-nevera” que nos acompaña todo el año.
Durante este tiempo da la sensación de que no da tiempo a hacer todo lo que queremos. En mi caso, estoy deseando todo el año que llegue la época estival para hacer todo aquello que quiero, aquello con lo disfruto de veras y que, por unos motivos o por otros, me veo imposibilitado a hacer por mucho que intente organizarme.
No puedo negarlo, me encanta despertarme sabiendo que hoy no hay nada que hacer excepto lo que a uno mismo le venga en gana, y eso me hace descansar y sentirme bien, sin excepciones.
Pero como el ser humano es inconformista, hay algo que siempre podría estar mejor. Ya sea el lugar de nuestras vacaciones, la compañía, el coche, el ordenador, el calor del verano, lo fría que está la piscina… Muy pocas veces todo lo que tenemos es totalmente de nuestro gusto. Si, suena repelente y repulsivo, porque lo es. Nada nos parece perfecto.
Es por eso, y debido a que a mi también me ocurre, por lo que lo quiero poner de manifiesto. Seamos felices con todo aquello que tenemos y de lo que podemos disfrutar, que ya es mucho más de lo que la mayoría de nosotros soñaría conseguir.
No llegaremos nunca a desconectar del todo en vacaciones, pues siempre guiñarás el ojo al futuro en algún momento cuando pienses qué vas a hacer a la vuelta, posponiendo las obligaciones y toma decisiones hasta el último momento. Porque los españoles somos asi, no podemos hacer las cosas con tiempo, nos encanta hacerlo todo en el último instante y con presión. Está comprobado que no se funciona de otra forma. Un ejemplo: “Este año voy a estudiar todo desde el primer día”. ;)
Por mi parte, y sin faltar a mi costumbre, prometo intentar desconectar todo lo posible ya que estoy en condiciones de hacerlo, pero siempre quedará un trozo de inconformismo que me acompañe, y me hace luchar por lo que quiero conseguir. Ni siquiera te conocía y ya te echaba de menos, con la sensación de que era imposible pero de que no tenía nada que perder.
…y llegué a un callejón sin salida, y sin tener mas remedio, me paré, miré alrededor acorralado y quise morir. Giré los pies y con ellos el resto del cuerpo, cerrando los ojos y evitando encontrarme con la cruda realidad. Había un silencio sepulcral que me desconcertaba, ya que había alguien allí, enfrente de mí, guardando el estricto sonido mudo que yo emitía. Una voz me dijo: “Abre los ojos, enfréntate a ello, tienes mucho que ganar y poco que perder, estás acorralado entre la espada y la pared y has de ser valiente”
Abrí los ojos, sonreí y seguí caminando sólo calle abajo, porque mi sombra nunca dejará de acompañarme mientras haya luz.
Saludos.
Actualiza esto! q si no no puedo cotillear, petardo! vago!Lemur! y como no....siempre disperso jajaja.
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